19 may 2009

LA ÚBEDA HISTÓRICA SE PIERDE, “DEFIENDELA”.


Aspecto romántico que presentaba la Plaza de San Lorenzo, en el año 2001, antes de su polémica urbanización. (Foto L. Martos)

Antes de comenzar a leer el presente artículo, os sugiero que sigáis este enlace, http://www.vbeda.com/sabina/.



La Úbeda histórica se pierde, “defiéndela”, este curioso slogan, fue creado en los inicios de la década de los ochenta del siglo XX, a causa de la especulación que sufría nuestro patrimonio, por la añorada asociación ubetense ADELPHA, que más tarde pasaría a llamarse Pablo de Olavide.

Curiosamente, sabemos, que la zona histórica ha perdido más riqueza monumental que la que guardamos, que si las generaciones que nos precedieron nos desheredaron privándonos de algo que era nuestro, ¡basta ya¡ por nuestra parte de seguir mutilando calles, plazas y edificios.

¿Qué dejaremos de nuestro presente a las futuras generaciones? ¿Qué clase de urbanismo y monumentos construimos? ¿Qué edificios estamos levantando, para ser luego orgullo de la ciudad?

En nuestra arquitectura del tercer milenio, apenas encontramos alguna expresión de arte que, seguramente, acabará siendo pasto de la piqueta. Edificios, curiosamente desaparecidos, como la antigua Casa de los Saro de la calle Rastro, amplísimo, arrasado en la década de 1960; para ser ahora un inmenso erial de bloques de hormigón, ladrillos y compraventa, carente de expresividad y gusto.

Hoy la dejadez, el pasotismo, el negocio, los intereses comerciales y políticos, la especulación…, son el pan nuestro. De ahí que rincones únicos, vayan desapareciendo, como muchas calles y plazas recatadas, claro ejemplo de ello han sido y son la plaza de San Lorenzo; del Marqués o la calle Real (Con una chapucera pavimentación de losas de escaso valor ) . A lo que se refiere a Úbeda a la arquitectura, no hemos podido ni querido ampliar nuestro patrimonio, más bien lo estamos y lo hemos reducido. Perdiéndose en calles, plazas y edificios, su ambiente especial, su sabor único y especial, que las caracteriza de las ciudades y urbes modernas.

Nuestros predecesores, hay que reconocerlo, nos ganan en perspectiva histórica. Hacían sus obras pensando en ellos, pero también en las generaciones venideras. Gozaban del y con el arte que creaban o patrocinaban y se sentían orgullosos de dejarlo en herencia a los suyos porque se veían, en cierta manera, perpetuados en ello. Ahora construimos y urbanizamos, sin intención de perpetuidad, así volvemos aprovechar el mismo espacio, con mejores edificaciones y de mayor categoría.

Resulta gratificante, a la vez que provoca una sana envidia, el visitar centros históricos de ciudades como Segovia o Toledo, ambas Patrimonio de la Humanidad.

La Ciudad de Úbeda, todavía conserva un rico patrimonio y excepcional. Aunque lo contrario de las ciudades de Segovia y Toledo; nuestro pueblo demanda un centro histórico peatonal; palacios; templos; conventos abiertos al visitante con horario similar al de un centro comercial; un constante grado de preocupación, en especial de nuestro Ayuntamiento; Unión de Cofradías y de nuestro actual equipo de gobierno, y como no de los propietarios de nuestros edificios religiosos y civiles, por la conservación y recuperación y puesta en valor del patrimonio, son, entre otras cosas, las razones que hacen que estas urbes de Toledo y Segovia, sean núcleos visitados durante todo el años por millares de personas, creando así beneficios, para ellos.

Úbeda, que se despierta poquito a poco, como un cuenta gotas; para llegar a la altura de estas ciudades, mucho camino tiene que andar. La realidad, es bien distinta; Jardines sin construir, como los Parques del Alcázar, del Carmen; o mal cuidados; Murallas y Torreones sin arreglar, como la Redonda de Miradores; Mirador de San Lorenzo o Calle Cava; Iglesias y conventos cerrados al visitante, como el Convento de Santa Clara o Iglesias como la de Santo Domingo de Silos o San Pedro; buenos ejemplos de arquitectura religiosa, que no son disfrutados, por dejadez e irresponsabilidad de aquellos que se dicen ser servidores públicos, y del bien; caos circulatorio del trafico rodado por toda la ciudad, escasez de aparcamientos subterráneos en el centro histórica (A la espera ya del Aparcamiento del Mirador de Santa Lucía); escasez además de servicios para el visitante; calles sucias de pintadas, mobiliario urbano en mal estado por la barbarie juvenil e inculta, etc.…

Así, así es la cruda realidad, la triste y penosa realidad que se intenta esconder y disfrazar; para vendernos la imagen de una ciudad Patrimonio de la Humanidad, Ciudad Saludable o Ciudad de Congresos. Para que curiosamente, nosotros sigamos recordando el slogan: “LA ÚBEDA, HISTÓRICA SE PIERDE”… Defiéndela.

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