9 mar 2012

Artículo de Juan Ángel L. Barrionuevo para la Revista Columna 2012

Revista La Columna 2012.  número: 17; páginas 33-37.

Debido al fallo de imprenta (Gráficas Minerva), de publicar mi articulo en la citada revista sin incluir mi nombre, me veo obligado a publicarlo en mi blog.

Puerta de La Luna. Foto Roisin.

San Isidoro de Úbeda; Capilla del Cristo de La Columna Capilla del Cristo de La Columna y La Puerta de La Luna.

Juan Ángel López Barrionuevo

Sobre el cerro de Úbeda, del que recibe su nombre, y cercana a la corriente fluvial del Guadalquivir, se levanta la señorial localidad andaluza de Úbeda, de la que Eugenio d’Ors elogiaba:
           
“Aquí se trata de arte. Y de arte de lo mejor, del Renacimiento. Hasta el punto de creernos transportados a Ferrara, a Bréscia, a alguna de aquellas ciudades menores del Norte de Italia, puros santuarios de la universal estética devoción. ¿Dónde hemos visto, inclusive, este elegantísimo detalle de la columna blanca en mármol o alabastro, señalando la coyuntura media de un balcón en un ángulo de la fábrica de áureos sillares? ¿A que opulento señorío nos transporta el palacio de Vela de los Cobos? Pero el viejo monasterio de las Dominicas, hoy Casa del Municipio, no muestra ya prestancia señorial, sino imperial.
           
¿Me atreveré a decir que aquí ni siquiera me importa demasiado que haya desaparecido en las consabidas destrucciones el altar de Berruguete, Donatello y Vandelvira? A escala mayor es la hermosura con que Úbeda regala, a la vez que para nuestros ojos, eclécticos, a nuestra jerárquica razón.”

Iglesia de San Isidoro.


Puerta del Sol Foto Diego Godoy.

Foto de Nicolás Fernández del Castillo


«Es posible que un fuerte construido por los árabes para la defensa del recinto en la parte de Poniente, estuviese situado en el lugar donde se levanta San Isidoro. Probablemente hubo aquí una mezquita. Ya es indudable que, dieciséis años después de la reconquista de Úbeda, existía nuestro templo, cuando gobernaba la diócesis el Obispo Don Pasqual». J. PASQUAU. «Biografía de Úbeda». Pág.- 87.

Llamada también durante siglos – Santisidro - . Debió estar emplazado en una fortaleza extramuros árabe que defendía la ciudad por el Oeste y ser una mezquita, aunque cierto es que se le cita ya como parroquia; siendo destruida más tarde por el saqueo de Pero Gil.

En la actualidad la parte exterior del edificio es gótica, destacando la portada de Mediodía. Ambas fueron construidas por el beneficiario Obispo de Jaén Don Alonso Suárez a principios del siglo XVI.
           
En el lugar que hoy ocupa una espadaña existía una torre que fue restaurada en numerosas ocasiones. En 1755 un terremoto la deteriora y en 1848, ante la amenaza de ruina y por denuncia, es derribada.
           
Según nos afirma Arsenio Moreno, es una iglesia de una sola nave, renacentista, incompleta, en que claramente se aprecia que las dos portadas citadas portadas tardo góticas se representaron tan sólo por necesidades técnicas en lo que pudo haber sido un impresionante templo de tres naves y planta en cruz latina. Es incuestionable que Alonso Barba, en principio, planteó como estructura general del templo fue una réplica de la Catedral de Jaén. Una vez acabada la cabecera y el crucero, la vieja fábrica gótica debía derribarse para continuar el fabuloso proyecto. Esta de una grandiosidad comparable, aunque en menor escala, a la Catedral de Jaén, empleándose estilizadas columnas corintias de fuste entrecortado.

Las capillas que, dobles, cierran los extremos de su crucero, se adornan con representaciones de las Virtudes sujetando cartelas. Sus bóvedas encasetonadas se decoran con protomes humanas y rosetones; en los testeros se abren huecos de iluminación en una composición serliana (una ventana de medio punto flanqueada por dos adinteladas) que, nuevamente, vuelve a recordarnos al templo principal de Jaén.

El crucero se cubre con una cúpula, sobre pechinas con representaciones de los evangelistas tallados en yeso por Carlos Vivero en 1701. La falta de recursos determinó que el templo no se prosiguiera con la suntuosidad con que se concibió. Esa pobreza se acusa en la nave central, cuyas algunas capillas aún se edificaban en 1640[1].

Antigua Capilla del Sagrario o Consultora. “Capilla Cristo de la Columna”.

Conocida también por capilla del Sagrario o del Dulce Jesús, propia de la obra pía del Beaterio de la Plaza de Toledo[2]. A esta Capilla se le conoció también por “Capilla Consultora” o del “Consultor”, por haber sido propia de don Antonio Jacinto de Molina, “El Consultor”, fue consejero en efecto, de la Inquisición de Córdoba en Úbeda en 1646.

Antes de la Guerra Civil, ostentaba una hermosa verja de madera. Poseía además tres altares con sus respectivos retablos barrocos, con bellas esculturas como la Virgen del Olvido, Ntra. Señora de la Paz y Virgen del Carmen. Y cuadros de buena hechura con la representación de San Felipe de Neri y Crucifixión de Cristo[3]. En la citada capilla, cuyo fondo sale del muro Norte de la nave y pilares, se venera en la actualidad al Stmo. Cristo de la Columna y Virgen de la Caridad, ambas imágenes son de Palma Burgos. Su interior muy sencillo en planta y alzado: está formado por dos tramos, el primero se cubre por un sencillo artesonado del siglo XVII y el segundo, correspondiente al testero de la capilla está formado por pilastras adosadas en los ángulos y cúpula de media naranja, sobre pechinas.


En el mes de enero de 1951[4] bajo la presidencia de D. Manuel Torres Orozco, la Junta de Gobierno de la Hermandad de La Columna acometió las obras de reconstrucción de la citada Capilla. Para poder sufragar los cuantiosos gastos generados por estas obras, ejecutadas por el constructor D. Gaspar Fernández Cobo, la Cofradía abrió una suscripción popular.

El artista Francisco Palma Burgos el 14 de febrero del citado año presentó a la Junta Directiva una memoria sobre la ejecución del Altar de la Capilla.[5]



En 1952 continuaban las obras de acondicionamiento de la Capilla. El pintor ubetense Fausto Campos Ramírez raspó las paredes y las empapeló de papel adamascado rojo, limpió el zócalo de mármol y le dio aceite de linaza e incluso pintó imitando a madera y a dorado las molduras. Consta que en el arreglo de la Capilla colaboraron el constructor Santiago González Delgado, Gaspar Fernández Cobo, Juan Alvarado Quesada y el marmolista Cristóbal Olivares Molina. Doña Teresa Díaz, la esposa del Mayordomo Torres Orozco, donó los paños de altar y las telas necesarias para el ornato de la Capilla. En el establecimiento ubetense de Luis G. Salinas adquirimos una alfombra de esparto ubedí adaptada a la misma.

En el año 1953 fue la solemne bendición de la Capilla de nuestro Titular a cargo del P. Vicente L. Peña. Este evento tan deseado tuvo lugar el domingo 22 de febrero a las doce de la mañana. Después la Cofradía en pleno participó en una misa rezada en acción de gracias. El proyecto del retablo y altar para esta imagen no se llegó a realizar hasta el año 2007 por varios hermanos de la cofradía.


La Puerta de La Luna.

El plateresco, es un estilo artístico español que floreció durante el primer tercio del siglo XVI, que se corresponde con la primera fase del renacimiento. Aunque sus principales manifestaciones son arquitectónicas, actualmente se estudia como un estilo ornamental y no como un sistema constructivo o artístico con identidad propia. Durante los últimos años del siglo XV y primeros del XVI la situación política española —ausencia de una burguesía consolidada y escasa aceptación del humanismo—, el auge del gótico final y la fuerza de la tradición mudéjar impidieron la implantación del renacimiento italiano. Tan sólo se introdujeron ciertos elementos ornamentales, que podían incorporarse sin dificultad a edificios de tipología gótica.

El término plateresco fue acuñado en el siglo XVII por el escritor español Ortiz de Zúñiga al comparar la minuciosa decoración de este periodo con el oficio de los plateros y orfebres. Sus elementos característicos son las formas ornamentales de candelieri, grutescos, cresterías, bucráneos y putti (cupidos), las columnas abalaustradas rematadas con capiteles corintios o compuestos decorados de modo fantástico, los arcos de medio punto y también los carpaneles de tradición gótica, los medallones con cabezas clásicas en las enjutas de los arcos,…

La primera aparición en Úbeda de este estilo no se efectuará en la arquitectura civil, sino en la religiosa. Me refiero a los primeros grutescos labrados en el intradós de la ojival puerta de la Luna de San Isidoro, o en la puerta principal isabelina de San Pablo.

La puerta de la Luna de San Isidoro es de un estilo muy sobrio, sigue el modelo de puerta pro plateresca, con arco apuntado con varias arquivoltas, siendo enmarcada por pilarzotes con baquetones, coronándose todo el conjunto por una diminuta cornisa decorada con motivos vegetales y crestería. Con bellas gárgolas a los lados. Sin embargo, es de destacar la presencia de decoración al grutesco entre la cardina gótica, siendo una de las primeras manifestaciones pro renacimiento en la ciudad. Como dato curioso, el que nos sugiere Montes Bardo, acerca de la decoración carnavalesca de las arquivoltas a modo de cetrería. 

La portada Sur de dicho templo, al igual que la anterior, fue mandada ejecutar en 1509 por el Obispo de Jaén, Obispo constructor por excelencia, Alonso Suárez de la Fuente del Sauce. Pertenece al último gótico flamígero y es prácticamente gemela de la erigida por el mismo titular de la diócesis en la parroquia de San Nicolás de Bari[6].

Su estructura es la siguiente: Entre baquetones laterales, portada abocinada de concéntricos arcos ojivales. Arquivoltas y decoración básicamente de cárdinas, rematándose en la clave con florón. Corona miento de crestería con la imagen del Santo Titular en su vértice central.


Como última curiosidad, la ventana que hay a la izquierda de esta puerta tiene una artística reja de hierro forjado cuya coronación ostenta un escudo de armas de la Ciudad, lo que aprueba que el Cabildo ubetense también colaborara económicamente en las dilatadas obras llevadas a cabo en este lugar de oración.[7]


[1]  Desde octubre de 2003, hasta septiembre de 2005, la iglesia permaneció cerrada al culto por obras de restauración.

[2]  Ginés Torres Navarrete. Parroquias. Tomo IV.
[3]  Miguel Ruiz Prieto. Historia de Úbeda. Pág. 100.
[4]   Fuente: Archivo de la Cofradía de la Columna.
[5]  «Estudio Hermosilla, 135. Madrid. Memoria presupuesto que el escultor F. Palma Burgos presenta a la Cofradía de Ntro. Padre Jesús de la Columna de Úbeda.

Se trata de ejecutar un altar para la Imagen Titular en la Iglesia de San Isidoro de Úbeda, con arreglo al proyecto que se adjunta, de composición barroco renacentista y orden corintio. Se compone de tres cuerpos ornamentales a saber; basamento (incluida mesa de Altar y peana de la Imagen) columnas y cornisamento.

Las maderas a emplear serán de primera calidad en pino seco y escogido, para aplicar en las tallas y moldurajes así como en la parte de armar, para evitar deformaciones y alabeos, y nogal de veta escogida y encerado para los paños del basamento.
Las columnas con fuste de mármol del país pulimentado. Las bases y capiteles de madera descansarán sobre pilares interiores y calculados.
Los dorados se trabajarán bruñidos en todas sus partes e impermeabilizados con solución de nitrocelulosa para evitar desperfectos por humedades y manoseos. El plazo de ejecución de esta obra queda señalado en el máximo de tres meses.
El importe a que asciende este presupuesto, totalmente terminado y montado en su Capilla asciende a la suma total de pesetas TREINTA Y OCHO MIL SETECIENTAS, que se descomponen de la siguiente forma: basamento pesetas VEINTISIETE MIL. Columnas y cornisamento: ONCE MIL SETECIENTAS. Las condiciones de pago se tratarán por separado resolviéndola de la manera que más convenga a los intereses de ambas partes.
Este documento puede ser válido en concepto de contrato si así se acuerda.
Úbeda a 14 de febrero de 1951. El escultor F. Palma Burgos»

[6]   Fuente: Úbeda Renacentista ©Arsenio Moreno Mendoza, 1993
[7]  Juan Barranco Delgado. Pág. 267. ESCUDOS HERÁLDICOS DE ÚBEDA.

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